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La actitud del emigrante.

Cuando decidimos emigrar, debemos tener en cuenta varios aspectos, esto es válido sin importar cuáles fueron las circunstancias que nos llevaron a dar este trascendental paso. No importa si salimos porque nos provocó, porque no veíamos futuro en nuestro país, porque la economía nos llevó a ello, por problemas sociales, por pensar diferente y sentir que nuestra vida corría peligro; todas estas circunstancias son válidas para tener un motivo.

Sin embargo, nadie nos está invitando a su país, al ser extranjeros, enfrentamos varios desafíos. La cultura y la sociedad son los más diversos, puedo decir, complicados. Para llevar este proyecto de forma exitosa, no hay un manual exacto, ya que tu verdad, tu proceso y tus circunstancias son inéditas para ti, individualmente, aún más como familia, porque cada uno tiene su forma de vivirlo.


Para mí, lo que sí es cierto y muy importante es la ACTITUD con la que enfrentamos estos desafíos. Pero vamos a definir la actitud para ver si concordamos en esto: La actitud se refiere a la disposición mental o emocional que una persona tiene hacia algo o alguien, se refleja en su comportamiento y acciones. Es la manera en que una persona percibe y responde a situaciones, desafíos, personas o eventos en su vida. La actitud puede ser positiva o negativa, e influir en la forma en que una persona aborda las circunstancias y en los resultados que obtiene.

Una actitud positiva suele estar asociada con la confianza, la determinación, la esperanza y la apertura hacia nuevas experiencias, mientras que una actitud negativa puede manifestarse a través de la desconfianza, el pesimismo, el cinismo o la resistencia al cambio.


Ahora, vamos a darle forma a la actitud del emigrante. Esta se refiere a la mentalidad y disposición emocional que adopta al enfrentar el proceso de emigración y adaptarse a un nuevo entorno. Esta actitud puede abarcar una variedad de aspectos, como la disposición para enfrentar desafíos, la adaptabilidad a nuevas culturas y formas de vida, la perseverancia frente a obstáculos, la apertura para aprender y crecer en el nuevo contexto, y la capacidad para mantener una visión positiva del futuro a pesar de las dificultades. Una actitud positiva puede ser fundamental para superar los desafíos del proceso migratorio y aprovechar las oportunidades que surgen en el nuevo país de residencia.


Estar mentalizado y dispuesto es el primer paso, aceptar que va a ser un proceso que, en la mayoría de los casos, va a ser cambiante e incluso frustrante, porque no siempre las cosas se dan como las estamos imaginando. Enfrentar los desafíos es nuestra batalla constante, porque ciertamente tenemos que adaptarnos, el país que nos recibe no lo va a hacer; desaprender cómo lo hacíamos es básico, ya que las reglas pueden ser parecidas pero son otras. Hay un pacto social, incluso no escrito, el cual debemos aprender e ir creciendo con él.

Lo más complejo para muchos es mantener una visión positiva de las adversidades que van a suceder o están sucediendo, aquí te pido que escribas, donde desees, en una hoja, en una nota del teléfono, en donde quieras, pero escribe: cinco ¿causas que te llevaron a emigrar? y cinco razones ¿para qué emigraste?

Este simple ejercicio puede marcar la diferencia en este camino; esto forma parte de una actitud mental positiva. No es poesía, no es una ficción, es real y lo puedes notar a diario. Muchos lo atribuyen a la suerte, pero resulta que eso no existe, en este proceso, la suerte es la suma de buenas decisiones, la suma de esfuerzo y sacrificio con la suma de una excelente actitud. Como te dije, no hay un manual, pero el éxito tiene un camino bien claro y es la suma de conocimientos, habilidades multiplicadas por actitud.


Por el lado opuesto, hay una actitud negativa y la puedes ver muy rápidamente en esas personas que, por una u otra situación, son pesimistas. Siempre ven el lado amargo de las cosas, la queja es parte de sus conversaciones, esto sin caer en juzgar a nadie, ya que puede estar pasándola mal, esto va más allá de estudios y posiciones económicas, porque puedes ser astronauta, pero si tienes una actitud de mierda, serás un astronauta de mierda.


Te dejo esta última reflexión: “Aléjese de los desafortunados y de los desdichados, porque tarde o temprano te van a llevar a su desdicha. Reúnase de gigantes de espíritu y sobre todo, de buena actitud”.

Atentamente, Hildemaro Solis.

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Hildemaro Solis

¡Hola! Soy Hildemaro Solis, un migrante comprometido en formar una comunidad de personas que desean emprender un proceso de migración positivo.

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