Cuando hicimos un juramento ante la bandera, en ese momento no se tiene ni idea en lo que se convierte, ya pasaron muchos años de eso y las vivencias son incontables, unas gratificantes y otras no tanto, lo cierto es que una noche como cualquier otra, recibo una llamada es un Sargento Mayor, me notifica mi Capitán tengo una novedad nos hirieron a un Guardia, tomo una bocanada de aire que se refleja en un suspiro y le digo a mi esposa que está acostada junto a mis dos hijos: ‘tengo que salir, me hirieron a un guardia’, la respuesta que recibo es: ‘por favor no vayas a estar buscando problemas’.
El peligro en cada comisión es inminente, esa escena no la había vivido dejar en el lecho a mi familia para ir a cumplir con mi deber, porque resulta que hirieron a un guardia, y es así con el sentido de la frase de propiedad un guardia, un compañero de esta institución, es una familia como un hijo o un hermano, da igual, es familia.
Al prepararme retumba en mi mente las palabras de mi esposa pero hay un punto de quiebre donde los sentidos se agudizan y tu objetivo está claro, la razón dicta algo pero ese juramento está por encima de cualquier otra cosa, ya no se pensó en más nada ni en más nadie, vamos apoyar al resto de la tropa que está bajo amenaza del enemigo, se llega al punto; todos esperan tu presencia: eres el líder, sin vacilar se toma el control de la situación se evalúan los riesgos y los puntos vulnerables, rescatamos a los nuestros y la justicia tiene que hacerse presente, un poco de valentía y jugada de rutina, los malos son atrapados.
No es el relato de una película de acción americana, no es así, es una reflexión para los nuevos integrantes de la institución militar, donde se debe estar conscientes que nuestro deber es parte de nuestra vida, en muchos casos dar la vida es el deber. Quiero hacer entender algo, con esto no quiere decir que nos dejemos matar para cumplir ni mucho menos, ese es el extremo y no es lo que se espera porque estaríamos siendo derrotados y eso nunca, dar la vida es recorrer la senda de la carrera entregados a servir a personas que no conoces, son seres humanos que buscan el socorro en tí, Guardia Nacional, invita a tu familia a ser parte de esa entrega, recuerda que es la compleja tarea de integrarlos y darle la importancia debida, salir a cumplir con la patria es cosa de todos los que integran tu núcleo.
Con nuestras acciones no permitamos que superiores sin escrúpulos hagan de ese sacrificio un abuso, mis compañeros que ya dirigen oficiales y tropas es algo bíblico «no hagas lo que no te gusta que te hagan», ser estricto en el deber no significa ser abusador, recuerda que esa persona que maltratas es tu compañero en armas, muchos dicen compañeros de armas, yo lo repito COMPAÑEROS EN ARMAS, juntos como eslabones de una cadena que debe ser irrompible para que la patria nos regale la gloria.
Es solo una opinión.
2 comentarios
Buena reflexión!
Gracias 😉